Enfrentando al calentamiento global
Es curioso pensar que en algún lugar del cosmos exista un planeta que esté hecho a la medida para nosotros; un oasis en la oscuridad del espacio, un hogar emanante de luz y vida.
Y a lo largo de nuestra evolución hemos creado caminos para mejorar la existencia en este planeta. Desde la forma en que nos comunicamos, viajamos y hasta exploramos el resto del universo; todo con el objetivo de encontrar nuevas alternativas, siempre en nuestro beneficio. Pero lo cierto es que los efectos de esos actos han sido igual de grandes que nuestros logros.
Un recuento de lo básico
Las industrias usan los recursos naturales a una velocidad temeraria y desmedida, sin importar aparentemente las consecuencias a mediano plazo. Las emisiones de gases de efecto invernadero, la causa más directa de esta crisis, son generadas precisamente por actividades industriales. El 34% de la huella de carbono viene del campo energético, el 22% del sector agrícola y el 15% del transporte. Aunado a esto, la temperatura global ha aumentado 1.1 °C comparada con los niveles preindustriales. ¿Las consecuencias? Patrones climáticos cambiantes como olas de calor, escasez de agua y ecosistemas en aprietos.
¿En qué momento perdimos nuestra conexión con el planeta, con la tierra? ¿En qué momento dimos por sentado tantas cosas, incluyendo las verduras en el súper o los árboles en nuestras calles? ¿En qué momento se volvió más valioso el petróleo que el agua? Es tiempo de detenernos, renovar nuestra consciencia y tomar acción. Acción climática.
En Tierra Jiasú hemos emprendido un camino que abraza un futuro más sostenible. Un lugar que significa luz, una transformación desde lo más profundo. Creemos en los sistemas agrícolas, energéticos y forestales limpios, renovables. Y también creemos en mirar la naturaleza con otra mirada, una más consciente donde restauremos el valor a la tierra: donde regresemos el doble de lo que tomamos de ella.